Intervenir un espacio con una acción artística es abrir una grieta: el cuerpo deja vestigios, una impronta que revela otras formas de pensar y de hacer.
Soy Susanna Pruna, artista visual y de performance.
Mi trabajo surge del cuerpo y de la experiencia como territorio de memoria, silencio y resistencia. No es solo una práctica estética, sino también política: un inconformismo frente a esta insistencia en mantenernos dormidos, insensibles a lo que ocurre a nuestro alrededor.
Concibo el arte como un acto de sensibilidad subversiva capaz de contradecir la razón que reprime e impone.
Cada acción es una cartografía de lo que aún no sabemos o todavía no podemos ver, un gesto que abre espacios de libertad, sacude la mirada y hace emerger lo que el sistema pretende ocultar. Entiendo la performance como un espacio radical de relación y de amor, donde el cuerpo se convierte en lugar de encuentro, transformación y verdad.