susanna pruna |
BIONOM+ 2017 LAPEK. La Pedrera Espai Creatiu. Subirats. Penedès. Barcelona Corpologia>25 |
Este proyecto investiga el proceso de reconstrucción y delineación de la palabra nombre, hasta generar la sinopsis de la biografía de un nombre.
15 personas x 15 nombres posibilitan que el compás mojado en agua, dibuje un círculo en el que los nombres cobran presencia.
Me dedico a limpiar el espacio con una fregona. Cada persona deja en manos de la acción un nombre con una imagen, una idea, para que este haga su propio viaje, y en el propio movimiento de la acción, le sea devuelto desde otro lugar.
Cuando se piden los nombres, sólo hay un requisito, tienen que ser nombres de personas, cosas o lugares que sean significativos e importantes para la persona que los dice.
Texto:
Yo tenía un nombre...
un nombre es un espacio,
un nombre es un cuerpo,
un nombre es un contenido de vida y muerte,
un nombre es una habitación con la ventana abierta,
un nombre es un tiempo en la historia,
un nombre es una confección de patrones, o no,
un nombre es una voz, un sonido, una lengua,
un nombre es un espejo del cuerpo que lo habita, o no,
un nombre es un fractal del sistema,
un nombre es un territorio intangible de ideas,
un nombre es una imagen que esconde infinidad de secretos,
un nombre es un abismo hacia adentro de verdades ocultas,
un nombre solo cobra vida cuando se habita.
¿Pero un nombre es libre?
No lo sé... lo que sí sé, es que un nombre es una huella en el propio cuerpo y una huella en la memoria de otro nombre.
Hay que limpiarle espacio para que un nombre sea libre.
Fotografia: Joan Balanya
Cuando se piden los nombres, sólo hay un requisito, tienen que ser nombres de personas, cosas o lugares que sean significativos e importantes para la persona que los dice.
Texto:
Yo tenía un nombre...
un nombre es un espacio,
un nombre es un cuerpo,
un nombre es un contenido de vida y muerte,
un nombre es una habitación con la ventana abierta,
un nombre es un tiempo en la historia,
un nombre es una confección de patrones, o no,
un nombre es una voz, un sonido, una lengua,
un nombre es un espejo del cuerpo que lo habita, o no,
un nombre es un fractal del sistema,
un nombre es un territorio intangible de ideas,
un nombre es una imagen que esconde infinidad de secretos,
un nombre es un abismo hacia adentro de verdades ocultas,
un nombre solo cobra vida cuando se habita.
¿Pero un nombre es libre?
No lo sé... lo que sí sé, es que un nombre es una huella en el propio cuerpo y una huella en la memoria de otro nombre.
Hay que limpiarle espacio para que un nombre sea libre.
Fotografia: Joan Balanya