susanna pruna |
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Este trabajo se ha expuesto solo una vez en el Ciclo Violencias. Cada mujer que colaboró fue a la vez performer y espectadora de otra mujer, a la vez que artista de su propia pieza.
El proyecto consta de dos trabajos:
- Uno pone en juego mi propia acción, donde me ponía desnuda sobre el soporte de papel para que otra mujer lo perfilara, Mis pechos y mis genitales quedaban fotografiados como parte del material para construir la pieza. Pechos y genitales visibles bajo un vestido blanco ¿no nos ha desnudado siempre la mirada masculina? ¿no sexualiza el cuerpo de una niñas?. Es una pieza doblemente cruda, ya que por un lado, muestra como nos atraviesa la mirada masculina, hacia donde penetra y como nos puede hacer sentir, y por otro, el discurso de sobrevivencia hasta que una puede hablar instalado en el cuerpo "a l'altre costat del riu hi ha una nina, els peixos caminen damunt la sorra i ballo amb el núbol enfadat, vull fer volar coloms i pensar que això... no ha passat". Hasta que una mujer no puede gritar el nombre del violador, esa niña la acompañara siempre.
- El otro, creó una pieza colectiva con mujeres que habían sufrido abuso y violación. Primero hacían acciones que iban desde perfilar el cuerpo -algunas lo pedían- necesitaban poner su cuerpo y dejarlo impreso, otras no dejaban de dar golpes encima de una mesa repitiendo frases como "me mataste", "repugnante", "violador" "te quiero muerte". Una mujer se quedó sentada en una silla sin decir nada hasta que pudo levantarse coger un papel y escribir sin parar. Después cada una convirtió esa acción en una pequeña obra visual.
Mi trabajo consistió en hacer una pieza con todos esos registros, las obra visuales que habían hecho y un texto que cada una escribió. Las dispuse como ventanas que quedaban abiertas con una pinza de ropa.
Vestido de colores_Trabajo 1